Cuando aún no habían serpientes en Formentera.....................
la pequeña isla contaba con una increíble biodiversidad. Al igual que en otras partes del mundo, aquí también todo cambia, y mucho.
Debido a la importación excesiva y descontrolada de, por ejemplo antiquísimos olivos y palmeras, se introdujeron serpientes y plagas que atacan las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus – picudo rojo).
Dos especies de serpientes se han extendido en Formentera:
la culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis) y la culebra de escalera (Rhinechis scalaris), tanto no tóxico..
El picudo rojo destruyó las especies asociadas a la familia de las palmeras o arecáceas y, a día de hoy (enero de 2015), todavía no se ha encontrado un remedio eficaz contra la plaga. En última instancia solo queda talar las palmeras infectadas y quemarlas.
La riqueza de especies de insectos en Formentera se está reduciendo considerablemente. La creciente agricultura necesita espacio. Aunque gracias a subvenciones de la UE se han introducido biotopos antiguos, aún siguen estando infrautilizados y perturban las zonas de vida de la flora y la fauna.
La agricultura crece cada vez más y con ella cada vez se exterminan más insectos debido al generoso uso de venenos, como por ejemplo Diflubenzurón, Dimilin, etc., y la Bacillus thuringiensis. El Diflubenzurón es un inhibidor de la síntesis de quitina que destruye el desarrollo del insecto desde el huevo hasta su vida adulta.
Sin embargo, así no solo se eliminan los insectos considerados como "plagas", sino también aquellos beneficiosos y muchas otras criaturas.
En algunas regiones de la isla, las salamanquesas se mueren de hambre por falta de alimento y los murciélagos son diezmados. Las aves llegan con menos frecuencia o ya no empollan; y las ranas desaparecen de las regiones contaminadas.